La ciudad de Zaragoza vivió un momento de esplendor comercial entre los siglos XVI y XVII que se reflejó en la edificación de palacios de estilo renacentista donde habitaron las familias pudientes de la época. Dichos edificios responden a una tipología peculiar y propia de Aragón en lo que se ha dado en llamar estilo renacentista aragonés:
- Edificados en torno a un patio central alrededor del cual se distribuyen las estancias.
- Planta baja: destinada a servicios.
- Primera planta: habitaciones principales de la familia y del servicio.
- Segunda planta: graneros.
- Fachadas de ladrillo con adornos de inspiración mudéjar.
- Galería de arquillos de medio punto.
- Aleros de madera ricamente trabajada.
- Zócalos de piedra sillar.
- Portada de piedra en arco de medio punto.
En cualquiera de ellos, a pesar de estar rehabilitados, es posible ver la estructura básica.
Todos ellos han sido adaptados a nuevos usos.
Palacio de Los Luna, Zaragoza.
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