Es curioso ir caminando por la calle y darse cuenta de que estamos rodeados de arte.
En pleno siglo XXI podemos apreciar que se siguen utilizando elementos arquitectónicos de la antigua Grecia y Roma, tales como los órdenes jónico, dórico y corintio.
Esta es una pequeña historia que cuenta cómo se apareció el orden corintio en los capiteles.
"Una doncella de Corinto, apenas núbil, enfermó y murió. Su afligida nodriza, que la amaba profundamente, depositó en un canastillo sobre su tumba algunos objetos que fueron de su agrado en vida y tapó la cesta con un ladrillo, para evitar que la lluvia, el viento o los animales pudieran tumbar o revolver su contenido.
Sucedió que bajo el canastillo germinó una semilla de Acanto. Con el tiempo, fue creciendo hasta que sus hojas se toparon con el ladrillo, lo que obligó a las hojas a curvarse. Un día pasó por ahí el escultor Calímaco (Calimachus), conocido por el sobrenombre de Catatechnos (primer artífice) por la delicadeza con que tallaba el mármol, que andaba buscando inspiración para un encargo de columnas que le había hecho la ciudad de Corinto. Fascinado ante la belleza de esta nueva forma, la incorporó en nuevos capiteles. El diseño fue muy del agrado de los corintios, que empezaron a incorporarlo a sus capiteles. De esta manera, el nuevo capitel pasó a ser conocido como capitel corintio".
Vitrubio en Los 10 libros de la Arquitectura. cap I Libro IV
Muy bien, Cristina. Seguro que haces un gran blog!
ResponderEliminarUn saludo